¿Cómo nos mantenemos erguidos mientras caminamos? ¿Sentirnos seguros en un columpio? ¿No perder nuestro lugar mientras leemos? ¡Con el sistema vestibular!
El sistema vestibular es nuestro sentido de equilibrio y movimiento, usa información del fluido del oído interno para permitirnos saber la posición general del cuerpo, si nos estamos moviendo o no, y si nos estamos moviendo, qué tan rápido lo hacemos y en qué dirección.
Algunos niños pequeños sufren retrasos vestibulares que interfieren con el desarrollo. Estas son algunas señales de alerta comunes:
Señales comunes de los retrasos o desórdenes vestibulares
Los problemas vestibulares a veces no son diagnosticados hasta que el niño se encuentra en preescolar o es más grande, a menudo porque es difícil para los bebés y niños pequeños describir mareos y otros síntomas que puedan sentir. Pero si prestas atención y notas alguna señal de alerta, puedes discutirlas con tu pediatra y aprovechar los beneficios de la intervención temprana.
Demora en las habilidades de motricidad gruesa. Los niños con problemas vestibulares pueden tener patrones persistentes de dificultades con los logros de movimiento como sentarse, gatear, caminar o saltar.
Vómito o náuseas frecuentes. ¿Recuerdas esa sensación cuando estas acostado y te levantas demasiado rápido? El sistema vestibular es lo que ayuda a que te vuelvas a orientar para prevenir que te marees demasiado y te caigas. Es posible que los niños pequeños con condiciones vestibulares no sean capaces de volver a orientarse cuando cambian de posición, lo cual puede hacerlos sentirse mareados o hasta provocarles un episodio de vómito. Es posible que no tengan el lenguaje para explicar lo que sienten pero puede que se toquen el estómago o indiquen que se quieren recostar.
Problemas de visión. Los problemas vestibulares pueden causar problemas de visión, como doble visión, imágenes borrosas o ver manchas. Una vez más, es difícil para un niño pequeño explicar estos problemas, pero es posible que respondan a ellos entrecerrando o frotándose los ojos, o parpadeando con frecuencia. También es posible digan que les duelen los ojos o que ven manchas.
Dolor de cabeza. A los niños pequeños con problemas vestibulares les pueden dar dolores de cabeza o hasta migrañas. Estas con frecuencia son provocadas al cambiar de posición o moverse mucho. Es posible que se toquen la cabeza mucho, entrecierren los ojos o si tiene el lenguaje, que te digan que les duele la cabeza o los ojos.
Desequilibrio. ¡La torpeza es normal cuando los pequeños están aprendido nuevas habilidades motoras! Pero es posible que los niños pequeños con problemas vestibulares se caigan con frecuencia o se estrellen con objetos o personas. Esto es especialmente cierto cuando las caídas ocurren cuando los pequeños parecen haberse desorientado después de girar en una esquina o al pararse después de estar sentados.
Si tu niño pequeño muestra alguna de estas señales, discútelas con tu pediatra. Los fisioterapeutas pediátricos tienen muchas herramientas en sus cajas de herramientas para ayudar a los pequeños con los desafíos vestibulares.